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BLOG DE VOCES 3

lunes, 21 de febrero de 2011

Más historias que compartir…

Les dejamos dos nuevas historias que quedaron preseleccionadas para el concurso que será lanzado oficialmente muy pronto (más detalles del concurso).

 

-> Pueden escribirnos su historia o leyenda, mandarnos su foto/o video a: voces_anonimas@hotmail.com

 

3- Poltergeist – Mahia.M

La noche es un momento muy especial. La actividad diurna da paso al descanso, a la pausa necesaria para afrontar otro día con nuevos desafíos. Algunos de nuestros sentidos parecen despertarse y estamos más predispuestos a abrir la mente a otras sensaciones. Por eso, es ideal para contar y escuchar historias que nos transporten a otros lugares, otros tiempos, al misterio, a lo desconocido.

A mediados de la década del '90, surgió en el dial uruguayo una propuesta llamada “Más allá de la medianoche”, dentro del programa de radio “Caras y más caras”, conducido por Gustavo Rey. En ese espacio, la audiencia llamaba para contar historias de terror y suspenso, leyendas, anécdotas propias o de otros. Muchos de los que ahora seguimos Voces Anónimas crecimos escuchando ese programa. Como legado de aquella época, conservo un cassette con varias historias. Hoy quiero compartir una de las que más me impresionó.

Sucedió en el año 1984, en un semipiso ubicado en la calle Rivera y Llambí, en Montevideo. Era una noche como cualquier otra, en la que un niño de 10 años se encontraba mirando TV en su cuarto. De repente, de la nada, empezó a sentir golpes fuertes en el baúl de sus juguetes. Llamó a su madre, que también estaba mirando televisión, pero en el living. Juntos abrieron el baúl y sintieron que los golpes provenían de abajo de este, como del piso mismo. Cada vez se hacían más fuertes. La madre, medio en broma, medio en serio, improvisó un “conjuro” para detener esos golpes que estaban asustando a su hijo. Cambió su tono de voz y solemnemente dijo:

- Si estás ahí manifiéstate, si existe algo malo muéstrate.

La invocación consiguió que se acercara al cuarto su hijo mayor, intrigado por saber qué era todo aquello. En ese preciso momento, en el cristal de una ventana corrediza, se vislumbró un rostro espantoso, difuso, como empañado por una especie de niebla. El chico más grande, por lo general descreído, aseguró que era solo neblina, un vidrio empañado, nada paranormal. Para reafirmar sus palabras, fue hasta la ventana y, en un acto de total inconsciencia, lo escupió. Inmediatamente se apagaron todas las luces de la casa. Fuera lo que fuera, aquella presencia se sintió muy agraviada por esa tontería adolescente.

Ese fue tan sólo el comienzo de la pesadilla. De ahí en más, pasó a ser algo cotidiano que se abrieran solas las ventanas, que las luces se quemaran, que se prendieran fuego los enchufes. Se gastó un dineral en electricistas, que cambiaban una y otra vez toda la instalación del apartamento. No podía haber más de un foco prendido al mismo tiempo, de lo contrario las bombitas se prendían fuego por dentro. Tratándose de un apartamento enorme, con muchos metros de cable, parecía imposible que hubiera cortocircuito en un aparato y afectara a toda la casa.

La calidad de vida de esta familia fue deteriorándose, y cosas cada vez más increíbles empezaron a suceder. En una ocasión, se quedó a dormir una amiga de la señora. La velada se desarrollaba con normalidad, hasta que a la mitad de la noche, cuando ya estaban durmiendo, la amiga sintió ruidos. Al abrir los ojos, contempló asombrada cómo la dueña de casa era sacada de la cama y arrojada a un costado, por una energía invisible. Según dijo, se trataba de una entidad palpable, aunque sin una forma reconocible.

La familia no se quedó con los brazos cruzados, llamaron a todo tipo de personas que pudieran ayudarlos a saber a qué se enfrentaban. Consultaron parapsicólogos, mediums, curas de todas las iglesias: católicos, pentecostales, evangélicos. Todos parecían coincidir en los mismos argumentos: se trataba de una energía incontrolable (algunos creían que el lugar estaba poseído por el demonio) y su impulso negativo era tan grande que no se atrevían a entrar porque corrían grandes riesgos.

Con el tiempo, todos los integrantes de la familia fueron dejando el apartamento, ante la imposibilidad de soportar la actividad paranormal que se había apoderado de su hogar. La familia se destruyó. El niño se fue de viaje a Europa, por iniciativa de su padre, para alejarlo de aquella situación y darle un poco de tranquilidad. La salud física y mental de la madre se quebró. El comercio que tenía se fundió. Para poder recuperarse, comenzó a ir a terapia y prosiguió con estudios de parapsicología, tratando de entender qué era esa manifestación.

Transcurrido un año, el niño volvió a vivir en el apartamento con su padre. Al parecer, este cambio fue para peor. De alguna forma, esa presencia logró apoderarse de él. Regresaron los especialistas en actividad paranormal. Varios curas alcanzaron a verlo gritando, poseído. Cada vez que su madre trataba de acercarse, la energía la atacaba.

Buscando una explicación, la señora pudo averiguar que, antes de que su familia habitara el apartamento, una persona había muerto asfixiada allí. ¿Qué pudo haber pasado, entonces? ¿Era posible que, sin querer, ella hubiera desatado esa entidad negativa al hacer aquel ”conjuro”? ¿O que ese espíritu se sintiera ofendido por el acto del adolescente y, en consecuencia, tomara venganza con toda la familia? Todo esto los llevó a tomar la decisión de irse y no volver a pisar siquiera la calle donde está el apartamento… tan sólo de pensar en lo que vivieron allí, un escalofrío les corre por las venas. Ellos comprobaron que, aun en estas épocas tan tecnológicamente avanzadas, existen misterios insondables, fuerzas que están más allá de nuestra comprensión. Parecen estar esperando a ser invocadas y, una vez desatadas, trastocan la tranquilidad de la vida cotidiana, transformándola en una pesadilla.

En “Más allá de la medianoche”, al igual que en Voces Anónimas, lo más importante no era buscar la explicación racional de los hechos relatados. Se trataba de un ritual para escuchar, asombrarse y ponerse por un momento en la piel del protagonista. Cubiertos por el oscuro manto de la noche, nos dejábamos llevar, guiados tan solo por el rumor de las voces anónimas.

 

 

4- Más allá del sol (Calera de las huérfanas) - Mauricio.A

A horas de haber terminado el capítulo, La calera de las huérfanas, del tercer libro de Voces Anónimas, se nos ocurrió la gran idea de ir a recorrerla, ya que estamos a pocos kilómetros del lugar.

Nosotros vivimos en Carmelo y jamás el lugar tuvo la repercusión que tuvo, como a partir de leer ese capítulo, era como que todo nos llevaba al mismo sitio.

Acordamos ese mismo día con un amigo y mi pareja, llegar al lugar un poco entrada la tarde, ya que era verano y no tenía mucho sentido ir cuando el sol estuviera en su potencial.

Nos encontramos, llevamos el mate, los celulares cargados, y mucha expectativa.

Llegamos al lugar ese día de enero de este año, alrededor de las 21:00hs, como desafiando todo lo que habíamos leído en el libro.

Al entrar en el camino, dejamos atrás la ruta 21 y pudimos apreciar que el sol ya no figuraba en el horizonte, era justo lo que nosotros buscábamos.

El camino de tierra nos daba la impresión de un lugar desolado, rodeado de naturaleza e historia, sin tomar en cuenta que la señal de nuestros celulares comenzaba a desvanecerse.

En una parte del camino de repente comenzó a dibujares en el final del horizonte, su imponente silueta, cosa que nos llenó de curiosidad, mezclada con un montón de sensaciones, ya que estábamos llegando a un lugar tan misterioso como preciado por su historia en nuestro departamento de Colonia.

Llegamos al lugar, entramos, y una catarata de información nos invadió, leímos cada cartel, cada anuncio y cada prohibición que allí se encuentra.

Todo lo que se escuchaba alrededor era naturaleza en su máxima expresión, pudimos apreciar cada detalle y cada sonido con mucho detenimiento.

Al acercarnos a una de las puertas laterales de la capilla, un sonido uniforme nos invadió, en el momento que menos nos esperábamos, una gran cantidad de palomas que se encuentran en el extremo superior de la capilla salieron volando en un único sonido uniforme que nos invadió los huesos, que en ese sonido sepulcral que provenía del interior de la capilla y el silencio cortante del lugar parecía que nos taladraba los oídos y los nervios.

Después de recorrer el lugar y pensar en todas las cosas que pudieron haber pasado allí, cabe destacar que uno de los celulares se nos apagó por arte de magia, otro de los celulares no podía sacar fotografías a la cruz que se encuentra en el extremo frontal de la capilla y el otro no menos importante no guardó la filmación de todo lo que hicimos durante toda nuestra estadía.

Sin fantasmas por esa noche, ni apariciones esperadas, lo que si puedo asegurarles es que todo el que vaya al lugar después de haber leído la historia, va a conocer La Calera de una manera muy poco convencional a cualquier otro lugar, llenos de sugestión y sorprendidos por cada sonido, a la espera de seres centenarios que habitaron el lugar, seres llenos de sufrimiento, angustia y desesperanza.

Si bien esta no es una historia específicamente de terror en nuestro caso, si hubo varios tips que nos acercaron mucho a lo que ha vivido mucha gente en ese lugar, por sugestión, por miedo o porque tuvieron la suerte algún día determinado de encontrarse con el eco de las voces anónimas.

Mauricio Alegre.

Carmelo (Colonia)

4 comentarios:

Mer dijo...

me gustaron las historias...
la Calera tiene algo... que te invita a ir y a su vez.. a salir corriendo...

la historia del Poltergueist... pah.. tener que lidiar con algo así... como hacerlo... si algún día tengo un inquilino de esos en casa lo pensaré...

Emily dijo...

yo tuve la opotunidad de escuchar,de adolescente,la historia de Rivera y Llambí,y siempre estuve muy impresionada con ella.Creo que existe algo mas alla de nuestro mundo de 3 dimensiones,hay energias que no podemos manejar,entidades con fuertes cargas negativas,un universo que aunque no lo entendamos debemos respetar y mantener "del otro lado" de esta vida.Me gustaria que tomaran esa historia para voces 4.
La calera es un lugar muy atractivo,quisiera ir alli pero no consigo quien se atreva a acompañarme,ojalá más gente cuente sus experiencias en este sitio misterioso.

patygom dijo...

Están impresionantes todas las historias!!! Me parece buenísimo que la gente las puedas contar y de esta manera hacerlas públicas.
Pero la que más me asustó fue la del fenómeno Poltergeist.Sin duda que tiene que estar en el próximo ciclo de Voces Anónimas. :)

Blogger dijo...

En 2011 estuve en esa zona de Rivera y llambi, si la memoria no me traiciona- o que alguien me ayude-, la señora que conto esa historia dijo que el lugar donde vivian - semipiso de un apartamento- se ubicaba muy cerca de dos iglesias. Una de ellas era Apostolica Romana y la otra creo Pentecostal, la primera existe y por lo que averigue con algunos lugareños ya estaba desde hace mas de 20 años. En cuanto a la otra por lo que hable con un ex policia, hoy retirado del servicio,comento que habia una iglesia de este tipo no muy lejos de la Catolica. Recorri bastante este lugar aquella tarde y me llamo la atencion que varias edificaciones estaban a la venta o para alquilar, no se si esta parte de Montevideo cambio mucho desde el 84 a la fecha. Una verdadera leyenda urbana, ojala algun dia se haga una pelicula basada en este relato.